domingo, 3 de diciembre de 2017

Historias Sin Contar





¿Tienes historias sin contar? esas que te definen todos los dìas a veces sin darte cuenta, son las historias que muchas veces se van viviendo sin contar.
         Me gustarìa abrir un nuevo documento cada vez que entro a google docs en lugar de ver la lista de los documentos que he creado. No tengo nada en contra de la lista, es ùtil cuando estas seguro que tienes documentos nuevos y/o en proceso, entonces la lista se convierte en una invitaciòn a continuar, ya sea escribiendo o editando. Pero sè bien que no tengo nada nuevo, que si entrara directamente a una pàgina en blanco, quizà escribirìa màs como desafìo a la hoja en blanco. La hoja blanca es una invitaciòn que me motiva a escribir como una pista de patinaje o de baile, donde entras y no puedes resistir las ganas de patinar o bailar.
         Tengo una historia por allì atorada entre los dìas,  cuanto màs edad se tiene parece que los dìas ruedan uno en otro, sin pausa, ni distinciòn. Y el mañana entierra las historias sin contar, què làstima. Con los simple que serìa sentarse frente al monitor y teclear esa historia de aire o de fuego que nos alude todos los dìas.
         El caso es que las historias de digamos los ùtìmos seis dìas no son de aire, son de tierra y de todos los elementos que se encuentran en su estòmago, en su sangre de piedra caliente pero dura.
         La tierra tiembla, se convierte en titanio afilado que parte el suelo y aplasta los edificios, derrùmba los sueños de civilizaciòn que los humanos construimos porque asì somos, nos son necesarios para existir.
        El temblor machaca el sueño de la vida que estuviera bajo techo, nos deja desprotegidos en la lluvia, en la pèrdida, en la carencia, en el dolor. Entonces nos enojamos con quien sea porque siempre necesitamos una cabeza para culpar cuando algo sale mal. El gobierno, es el mayor recipiente del enojo social que se impacienta ante la negligencia, quisièramos que todo se solucionàra de inmediato, quisièramos la certeza de que estamos en manos de nuestros gobernantes y ellos cubren nuestra espalda, ellos nos protegen de todo.  ¿Es posible esa realidad? no lo sè, pero todos los dìas la necesitamos. Necesitamos que los gobiernos dejen de abusar su situaciòn de poder, que se bajen de su ambiciòn personal, que sirvan en lugar de ser servidos, en lugar de hacer pueblos de sirvientes.
Entre tanto, yo intento distinguir cada dìa en este blog.


Beatriz Osornio Morales, imagen de la red

6 comentarios:

Rafael dijo...

Es cierto, la hoja en blanco es como una invitación y una provocación.
Un abrazo.

José A. García dijo...

Cada día cuesta más escribir.
La realidad nos ahoga.

Suerte,

J.

Pitt Tristán dijo...

Eres una escritora de raza. Todo tu pensar tiene que pasar por la pluma, aunque no siempre sea posible, tu querrías que así fuera. La literatura se parece mucho a la pelea de los samuráis, pero un samurái no pelea contra otro samurái: pelea contra un monstruo. Generalmente sabe, además, que va a ser derrotado, y salir a pelear: eso es la literatura.
Eres buena.
Escribe y escribe y escribe.

Besos.

Ananá dijo...

Tu blog es muuy bueno, me encantan tus historias en las entradas, desde ya te sigo! Puedes visitar mi blog tambien: chicadebrillito.blogspot.com
Espero tu visita, saludos!

Carlos Augusto Pereyra Martínez dijo...

ES un anhelo por una parte, pero por otra, un compromiso de la escuela y la educación superior, de la familia y el estado, parta formar sujetos políticos, que puedan pensar en la construcción de un mundo sin tantas desigualdades y diferencias. Quizás suene a utopía. Un abrazo. Carlos

silvioafonso dijo...

Beatriz, estava cheio de saudades
de voltar aqui, sabia?
Hoje, no entanto, eu tirei o dia
para falar da mulher. Da mulher mãe,
da mulher irmã, filha e esposa.

Tem vez que me dá na telha e
eu, bobinho que sou, falo por
ai sobre coisas que eu acho
que sei, mas talvez mal eu tenha
ouvido falar.

Te espero lá para saber se falei
a verdade, tá bem?
Beijos e abraços.


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