COSAS DE DIARIO
Es irritante que en los diarios, la
persona obligada a narrar los hechos es siempre yo, un yo real y recurrente a
lo largo de las fechas. Esta particularidad lo convierte (al diario) en un
compendio de disertaciones subjetivas del individuo, a menos que se pruebe la
presencia de fundamentos objetivos,
lugares, documentos y personas reales,
un proceso mediante el cual se ha llegado a un razonamiento que no
solamente proyecta el interior de un individuo, sino que se trata de una parte
de la realidad común.
La forma particular de ver un suceso y
narrarlo de forma personal, tiene su encanto, de hecho, muchos prefieren leer
algo con toque personalizado, íntimo, a leer algo general e impersonal. Lo
irritante es el yoyeo que limita la forma y deja poco espacio para
eventualidades imaginarias.
En seguida describiré al personaje que
ha venido narrando este diario desde finales del año 2013. Se trata nada más ni
nada menos que de una mujer pequeña con figura libresca, de tez moreno claro al
que ella prefiere llamar, el color del caramelo. A las personas blancas les
gusta esta expresión. Nuestra protagonista ha tenido el pelo corto desde el
verano pasado, cambia tono de tinte según el corte, ahora lo tiene color caoba
oscuro, lo cual aclara un poco la complexión de su cara y sus ojos cafés
enmarcados por el pelo lacio en flequillo. Muchos le han dicho que sus
ojos tienen la coloración del café. Lo
que sea de cada quien, nuestra heroína,
llamemos le Brenda para anclarnos en el nombre como punto de referencia,
sabe mantener la figura, y no se mata haciendo ejercicio. Su autodisciplina es
lo suficientemente seria para ver también por una buena alimentación, a
consecuencia, su apariencia física es saludable. Sonríe poco, aunque sonríe más
de lo que es consciente.
Le incomoda sentirse atractiva. A esta mujer recién entrada en la edad
media, le interesan primordialmente, la vida en cualquiera de sus formas, los libros,la
filosofía individual y la consciencia social, al parecer, los puntos
contrastantes del ser humano. No se considera particularmente moral, puede
aventurarse en acciones que ante la moral serían inmorales, como seducir a un
hombre desconocido en una noche de copas, por decir algo. La única moral que
reconoce ante cualquier otra, es el derecho a la vida. Creció en un ambiente
religioso, pero de considerarse una persona con fe, vive la religión de manera
poco ortodoxa. Para ella la religión es un medio, no un fin.
Con frecuencia se convierte en su propio
juez y hace un juicio donde ella toma el banquillo de los acusados. Le funciona como ejercicio de revisión de sus
actitudes más recientes, algunas llegan a complacerla y otras le son motivo de
protesta. Su protesta más recurrente ha sido la falta de entusiasmo para
finalizar algún proyecto, o escribir continuamente sin saltarse fechas en el
diario, pase lo que pase, sin dar paso a la dispersión de sus ideas, lo cual
llevaría a formularse la pregunta de si algunos escritores famosos llegan a
tener momentos en los que les falta la inclinación a escribir, y si es así,
cómo lo superan. Ella atribuye esto a que
quizá el tema no es lo suficientemente fascinante, pero es que acaso ¿no
es el escritor el que es capaz de convertir cualquier tema en algo fascinante? También esta entrada es acto de protesta.
Cuando no es juez, Brenda es su mejor
amiga. Ha declarado en presencia de conocidos que si no trata de entenderse
ella misma ¿quién lo hará?
En teoría, es defensora del juego como
una necesidad ancestral de los humanos, en práctica, su tendencia al movimiento
físico, consiste más en un baile o caminata que le propicia un grado de placer
mayor al grado de esfuerzo físico que requiera su actividad. Si el esfuerzo es
extenuante el placer se pierde, lo cual convertiría la experiencia en un acto
de masoquismo.
Esto me recuerda a mí misma, en un acontecimiento ocurrido el 3 de julio de este año.
Beatriz Osornio Morales, imagen de la red.