Y ese claro oscuro
puerta, oído, secreto
que todos cruzan,
Remolino
lunar
flota
precipita
acaba en estruendo.
Yo
que estoy de este lado
quizá, me dijeron
del otro
estoy
como después de pasar por un filtro
de ese oído.
Antes de afinar la voz
que lo pronuncia a uno
le nacen piernas
y la extremidad del
corazón,
allí
brotan a cada brote
las hebras
del sueño de la muerte.
¿Qué es ese resplandor? otro
candil
para cruzar
el oscuro gigante.
Beatriz Osornio Morales