Nacimiento
Tras tu partida, el
vacío me inundaba de ti.
Yo imposibilitada,
trate en vano de escapar
de aquel ahogamiento
de infinidad.
Luego vino el tiempo a
divulgar sus secretos
en el páramo
donde yo te esperaba, los minutos
y segundos fueron el
tiempo de las horas, días,
meses, años, eran el tiempo de la eternidad.
Después de ser tú,
sinónimo de mí, espacio,
aire, YO, respirar,
y después de que pensar en ti
era como caer de pronto a la cuenta, se
desvaneció el silencio
en el canto del petirrojo.
Cuando te vas nos
vamos,
algo de mí te
acompaña; la eternidad
es un instante, el pájaro hambriento
vuelve al semillero
que colgaste en el árbol,
y adormecido, el
silencio canta.
Beatriz Osornio Morales. imagen de la red.