sábado, 7 de julio de 2012


El ABORDAJE



     En el acto de la escritura, hay veces  que uno se sienta como escritor de películas, desechando hojas a cada palabra, indeciso respecto a la palabra que da comienzo a la historia, en mi caso, al poema. Vacilante respecto la palabra que continuará la frase, el adjetivo que describirá la noche, o el tiempo predominante del poema.

“La noche estaba húmeda…”  La humedad es una condición más común en el verano y se asocia con la calidez. Aquí hace frío. No quiero hacer remembranzas definitivas, mas el tiempo del verbo es clave.

“La noche fría..” demasiado directo, no, el abordaje en la Poesía ha de prolongar la expresión, como un velo que descubre las cosas de a poco en su transparencia. Algunos poemas requieren un trato directo.

     La palabra, el adjetivo que sirva de nexo entre lo que precede y la continuación del verso, es la fuerza que impulsa en la lectura, a la siguiente línea, pero sin desconectarnos del verso anterior.

“La noche, cubierta de una humedad distinta…”, mejor opción, más no del todo convincente.

     Regresando al caso de “La noche fría…” tal vez deba pensar  una palabra que le anteceda a la frase, para no saltar de golpe al frío, una acción tal vez.

“Llegada la noche fría…” aunque expresa una acción terminada, sugiere que hay más, crea expectación y la noción de un tiempo. Ese podría ser el principio de un poema o una historia.

     Demasiada teorización  puede terminar en problemas, y yo terminaré desechando otra página.

      En la narrativa, particularmente la novela, el relato y el cuento, lo importante es la claridad de la historia, la unidad se resuelve dando una secuencia a los hechos.

     En la Poesía no hay necesariamente una historia, si no varias, hay ensueños, brotes, ideas, matices, imágenes. La sustancia del poema es de un néctar extraño, y las variantes en su forma de ideología, no tienen la finalidad de contar, si no de sugerir, abrir puertas para que el poeta y el lector creen un mundo juntos.

      El uso del lenguaje poético comúnmente conocido como metafórico, es una herramienta que encontramos con mayor frecuencia en la escritura de poesía. Pero actualmente, en la búsqueda de nuevos géneros literarios, el lenguaje poético puede también encontrarse en la escritura de narrativa.

      Insisto en que la teoría puede volvernos incrédulos, intelectualmente se dice mejor escépticos, y  lo que no tenga fundamentos basados en lo que dijo algún escritor, historiador, poeta, filosofo reconocido, crea sospechas. Por eso encontramos escritores que justifican todos sus escritos con el uso de epígrafes de otros escritores, algo enteramente aceptable, si la calidad del trabajo no es mediocre, esto puede ser con el fin de dar a la lectura una orientación más específica.

     El verdadero poeta, se preocupa de la originalidad (realidad) del poema, así que se re usa a creer las sentencias de que “no hay nada nuevo bajo el sol” “Ya todo se ha dicho” El poeta busca en su acto creativo, una forma distinta de expresar, pero quizá lo único que haya por descubrir es la forma de abordaje, tan particular como la individualidad de cada persona, eso también es originalidad y es un acto inovador.



Beatriz Osornio  Morales, imagen de la red.


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