Huellas
Hablo de un sueño
porque me ha tocado con su
pluma
su caricia líquida entre
manos
vertió delicados hilos
en mi pecho.
Sus dedos ascienden
en dirección a
los cuatro puntos cardinales
de mi cuerpo
¿Quién percibe mejor la luz
etérea
sino el pájaro que ya fue
vuelo?
Entre los hombres
nadie que menciona la
claridad
puede sospecharla siquiera
sino colgando de un péndulo
abismal.
Entonces el hombre
vuelve a ser aquel viaje
que apuntaba
hacia la cima del monte
Everest
lleva sus pies a pesar
de saber
que el pesado tiempo
se aligera
cuando está cerca del fin.
Del ser condenado a morir
sólo queda un bosquejo
ingrávido como huella
que ha tocado el cielo
y sabe que por fin
alzará los brazos
en un grito pletórico de
triunfo
Mientras tanto sueña-
Beatriz Osornio Morales