jueves, 1 de octubre de 2009

CAIDA

Esa noche no podía cerrar los ojos al objeto que giraba en lo alto, su giro avanzaba en una caída que se elevó primero para después descender en picada, salpicando el cielo con chispas de luz roja. Si Roque viera esto lo tomaría de otra manera; Diría que es una estrella fugaz o un príncipe caído de otro planeta, el estruendo que hace y estremece la tierra, no puede ser de la realeza, ni aquí ni en ninguna otra galaxia, pero habría que ser sordos como Roque, para hacernos los que no oímos el bombardeo.

Beatriz Osornio Morales

Entrada destacada

Sin que la noche sepa

  Plantaré flores sin que la noche sepa, lejos de todas las ausencias. Porque aún siento la oscuridad reírse en  mí,  con sorna, de lo cómic...