domingo, 1 de febrero de 2009

André Derian (woman in chemise)

DISLEXIA

Nos rodean las cuatro paredes de mi cuarto, y otros muros rodean las paredes de la habitación, como un juego de cubos, metidos unos dentro de otros. Las hondas del sonido se desvían, no importa que tan fuerte se hable o se grite, estamos en el centro de un hueco, aun cuando creamos estar frente a la pantalla, usted en un lado y yo en otro.
A través de los muros las voces se debilitan y el sentido de las palabras se cruza. Yo ya no puedo con ésta dislexia, éste hablar entre dientes, luchando con mi propia lengua.

No es demasiado pedir que abramos las puertas, apaguemos los monitores de una vez por todas, y nos sentemos juntos en un sofá, con un café vaporizando en la taza. Si eso le parece excesivo señor, usted se sienta en un sillón y yo en otro, pero de frente para que las palabras no se enreden con la interferencia de los muros. ¿Cómo que porqué? de tanto no oír, me he acostumbrado a la sordera. No hay como leer el movimiento de los labios.


Beatriz Osornio MoralesPARADOXIA

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